domingo, 20 de marzo de 2011

RELIGIÓN Y NEUROCIENCIAS

VÉASE: 


Sentido y sinsentido de la fe: Rentschler, Rabea y Könneker, Carsten


Desde que hace más de 150 años apareciera la obra de Darwin "El origen de las especies", existe una disputa sobre las consecuencias de la teoría de la evolución para nuestra imagen del mundo. ¿Se ha vuelto superflua la idea de un creador?

En 1879 Charles Darwin escribía a un amigo: "Me parece absurdo poner en duda que un hombre pueda ser un teísta apasionado y un evolucionista". ¿Son realmente incompatibles la fe en Dios y una perspectiva evolucionista estricta?

Wuketits: Creo que sí. Sólo si se toma la fe en Dios en un sentido muy amplio es compatible con la teoría de la evolución. En este sentido, Einstein era, en cierto modo, religioso. Más problemático resulta con cualquier tipo de fe en un creador, en especial con los creacionistas: la convicción de que el mundo surgió en seis días entra inequívocamente en contradicción con el pensamiento evolucionista.

Schröder: Sin embargo, se puede creer en un creador sin ser creacionista. Copérnico, Kepler, Galileo, los padres de las modernas ciencias naturales, trataron de comprender cómo Dios había creado el mundo. Querían descifrar el plan divino de la creación con la ayuda de las matemáticas.



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Mente y cerebro: 45 -Biología de la religión
http://www.investigacionyciencia.es/Digital/solo_articulo.asp?indice=0

Homo religiosus Blume, Michael

El debate todavía vigente sobre ciencia y religión gira de nuevo: los investigadores indagan ahora las raíces biológicas de la fe. Múltiples datos revelan la espiritualidad y la religiosidad como productos "beneficiosos" de la evolución.
GEHIRN & GEIST / ANDREAS RZADKOWSKY
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En el paleolítico medio, hace al menos 120.000 años, el Homo sapiens y el neandertal hicieron algo que hasta entonces no se le había ocurrido a ninguna otra especie de nuestro planeta: enterraron a sus muertos en lugares rituales. El número y la complejidad de estas sepulturas se incrementaron muy rápidamente, según permiten suponer los hallazgos arqueológicos. Hoy, por supuesto, se celebran funerales en todas las culturas; incluso los movimientos decididamente ateos conducen de modo ritual a sus muertos al más allá. En torno a Lenin, Mao o Atatürk se escenifica un culto verdaderamente religioso: sus adeptos los perpetúan en imágenes y citas, los protegen de las críticas e incluso les construyen lujosos mausoleos. Todo ello nos deriva a una conjetura aún irresoluta: ¿supuso la preocupación por los muertos el inicio de la religiosidad humana?
En contadas ocasiones nos encontramos preguntas de biología evolutiva como ésta en el acalorado debate sobre el sentido y el sinsentido de la religión que se desarrolla en los medios de comunicación, la política y la ciencia. Por un lado, una nueva generación de creacionistas religiosamente motivados ataca, bajo la consigna de "diseño inteligente", la todavía actual teoría de la evolución de Charles Darwin. Por otra parte, los "nuevos ateos", como el zoólogo británico Richard Dawkins, difaman toda forma de fe religiosa bajo el concepto de "ilusión de Dios". Lejos de este intercambio de ataques mediáticos, algunos científicos tratan de indagar las raíces biológicas del comportamiento religioso. Uno de ellos es Jesse Bering, psicólogo de la Universidad norirlandesa de Belfast, quien investiga desde 2003 a través de una serie de experimentos originales cómo surge la fe en "observadores sobrenaturales" (espíritus o dioses) e influye en la conducta de los individuos

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Recuadro -  "Yes, we believe!" ('¡Sí, nosotros creemos!') Bassimir, Anja-Maria y Blume, Michael


Cuatro razones por las que los estadounidenses creen de otra manera.

El comportamiento religioso no tiene sólo sus raíces en la biología; también está fuertemente marcado por el entorno cultural y social. Esto se refleja incluso en la interpretación de evidencias científicas supuestamente "duras": en Estados Unidos, los investigadores suelen coincidir en que los hombres con epilepsia del lóbulo temporal son especialmente religiosos. "En Alemania raramente se determina este hecho", constató hace algunos años el ya fallecido neurocientífico de Bonn Detlef B. Linke. Es probable que la mayor religiosidad, en términos generales, de los ciudadanos norteamericanos influya en que las declaraciones de los pacientes se interpreten más bien en un sentido espiritual. La comparación estadística entre Estados Unidos y Europa muestra que, de hecho, se diferencian claramente el tipo y la intensidad de las prácticas religiosas a este y allende lado del Atlántico. Cuatro son las causas principales.


http://www.investigacionyciencia.es/Digital/Productos00.asp?producto=675&listaDeBusqueda=Si

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