sábado, 5 de noviembre de 2011

La génesis de la irracionalidad contemporánea según Ulises Granada, por Francesc Torralba

Me encuentro en mi mesa de trabajo un volumen de 733 páginas. El libro titulado, El árbol del conocimiento. Origen de la irracionalidad actual, es un ensayo escrito por Ulises Granada. El autor, muy amablemente, me manda un email para informarme de tal envío y me solicita una crítica filosófica.
Se trata de un texto exhaustivo que recorre la historia de la filosofía moderna y contemporánea hasta alcanzar la postmodernidad. La tesis de fondo resulta clara y está expuesta en el mismo prólogo del autor: se trata de investigar la génesis de la irracionalidad contemporánea, la pérdida o el extravío de la razón moderna e ilustrada.

El empeño no es fácil, pero el autor recorre la obra de distintos hitos del pensamiento moderno y contemporáneo para identificar las claves de la crisis contemporánea y la irracionalidad que gobierna el mundo actual. No es un texto nostálgico, tampoco reaccionario. Es un autor que reivindica, con argumentos y un buen uso de la persuasión, el retorno a la racionalidad en la vida pública, en el ejercicio de la ciudadanía y del gobierno. Frente al emotivismo irracional, frente a la vuelta al mito y a la fantasía, vindica la razón, pero sin sucumbir al racionalismo.

Por lo que respecta a la forma expresiva, quizás el lenguaje que utiliza el autor es excesivamente coloquial. Quizás, también, intenta exponer demasiados autores. Aún así la obra, que no puede pasar desapercibida, trata los grandes acontecimientos del pensamiento contemporáneo, desde la muerte de Dios, hasta la muerte del Hombre, pasando por un lúcido análisis de la filosofía de la ciencia del siglo XX.

Escribe el autor: “El hombre de hoy se encuentra debilitado y confuso a resultas de una sopa mental (de la que se nutre) en la que casan mal y se condimentan peor los múltiples elementos que contiene, procedentes todos ellos de la despensa cultural donde se almacena lo que otros pensaron por nosotros” (p. 13).

Reivindica la filosofía occidental, el patrimonio espiritual de Occidente, nuestro activo más relevante y diferencial, pero, a la vez se muestra crítico con el sincretismo y, evidentemente, con la debilidad de la razón postmoderna. Critica una postmodernidad que se limita a reaccionar críticamente contra el pasado ilustrado, pero no propone relatos, ni horizontes de sentido. Escribe Granada: “La nueva mentalidad se define más por lo que rechaza (los ideales de la Ilustración) que por lo que defiende o insinúa” (p. 665).

Quizás lo más relevante de este extenso libro es su crítica de la filosofía postmoderna, no sólo en lo que respecta a sus contenidos, sino también a su forma expresiva. Critica la falta de rigor en los autores postmodernos y su producción verborreica y oscurantista. Escribe: “En los intelectuales posmodernos se da un deseo casi obsesivo por diferenciarse de la tradición filosófica mediante formas de expresión y de acercamiento a los problemas que resulten rompedoras, aunque en la práctica su éxito en ambos casos sea más que dudoso” (p. 664).

En definitiva, me parece un texto muy completo, quizás un poco confuso en algunos momentos, pues resulta difícil seguir el hilo de la reflexión por la inmensa erudición filosófica que el autor exhibe a lo largo del ensayo. Quizás se podría haber expresado la misma tesis sin tener que adentrarse en tantos autores, con más brevedad y claridad. Merecerían un mayor desarrollo autores ubicados, tradicionalmente, en el irracionalismo filosófico, como Arthur Schopenhauer, Søren Kierkegaard y Nicolai Hartmann.

Fuente: http://www.francesctorralba.com/castellano/blog_detall.php?id_opinio=44

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