lunes, 14 de marzo de 2011

Albert Chillón: La condición ambigua. Diálogos con Lluís Duch (2011)

  El profesor y buen amigo Albert Chillón nos ha regalado un libro extraordinario, La condición ambigua. Diálogos con Lluís Duch (Herder). Como ya podemos ver en el subtítulo, el volumen recoge una serie de conversaciones con el antropólogo monje de Montserrat, Lluís Duch.

Es un libro muy bien escrito que nos presenta una semblanza muy desconocida y nada tópica del conocido antropólogo catalán. Chillón da un repaso a los grandes temas de la extensa y prolífica obra de Duch, pero también hace una aproximación a su infancia, juventud, a su experiencia en la Universidad de Tübingen y también a sus vivencias en la Abadía de Montserrat. Aparece un Duch socarrón, crítico e irónico, muy libre en sus planteamientos, afable en las formas de expresarse pero directo en cuanto a contenidos.

Agrupado en quince capítulos, el libro es una bella conversación, que como si se tratara de un río, va dando varios giros a lo largo de su curso. No es una entrevista en el sentido clásico del término, sino una conversación filosófica, culta, erudita, que tanto puede elevarse a la dimensión divina, como bajar al poder terrenal y a las miserias y contradicciones que ello conlleva. El título refleja nítidamente el espíritu y la letra de la propuesta antropológica de Lluís Duch, expuesta con mucha profundidad en los seis volúmenes de su Antropologia de la vida cuotidiana, que contó, parcialmente, con la colaboración del buen amigo y profesor, Joan-Carles Mèlich.

Es un placer leerlo. Lo he disfrutado intensamente el pasado fin de semana. Es un texto que no dejará a nadie indiferente, y que ayudará a difundir la obra de Lluís Duch en los países de habla hispana en los que ya empieza a ser muy solicitada.

Recojo algunas afirmaciones de Lluís Duch que me han complacido especialmente y que expresan una profunda sabiduría de la vida, una sabiduría que sólo se atesora con el paso de los años.
"Una de las peores cosas que pueden pasarle a una persona es escribir o hablar en función de lo que los demás esperan. La galería y la vanidad son a menudo espejismos; la libertad es lo auténticamente valioso" (p. 234).

Con respecto a la filosofía del carpe diem horaciano, dice Lluís Duch: "Lo que yo intento es entenderlo y aplicarlo en el buen sentido: viviendo cada uno de los momentos con la mayor plenitud posible, y buscar en ellos sus posibilidades implícitas y al cabo la felicidad, esa meta tan complicada y necesaria al tiempo. No me refiero a la Felicidad mayúscula, sino a la que se halla en las cosas menudas, esas que hacen bueno el dicho de que lo pequeño es hermoso" (p. 252).

Una última màxima de Duch: "Las personas no podemos limitarnos a reposar en el nirvana, sino que necesitamos encarar retos y ser cuestionados. Y, a la inversa, tampoco podemos vivir en la pura acción exterior, ya que precisamos la contemplación interior" (p. 275).

Buen trabajo, Albert.

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